El Pastel Simple de Mary Poppins: Cómo prepararlo
Esta receta la aprendí con Mary Poppins in the kitchen, de P. L. Travers, y es mi favorita del libro, porque he agradado con ella a los paladares más finos, a los más toscos y a aquellos con alimentación selectiva.
No sé si te ha pasado que se te antoja algo dulce, pero no quieres una gelatina, un pudín, una galleta ni un pastel con un sabor empalagoso. Y ni hablar de la preparación tan larga que requieren si no puedes ir a comprarlos. Pues bueno, es aquí donde El Pastel Simple de Mary Poppins entra en acción, como ese amigo tranquilo y asertivo que le agrada a todos: un bizcocho de sabor harinoso, dulce y elegante que puede acompañarse (o no) con lo que tú quieras. ¡Prepararlo es superfácil!
Ingredientes
Para ocho personas
½ barra de mantequilla
½ taza de azúcar
1 cucharada de vainilla
1 yema
¼ de cucharadita de sal
1 cucharada de polvo para hornear
1 ½ taza de harina cernida
1 clara
½ taza de leche
1 molde de 20 cm de diámetro
Instrucciones:
Preparación: 20 minutos
Cocción: 30 minutos
1. Precalienta el horno a 325 °F.
2. Pon la mantequilla en un bol y bátela por al menos un minuto hasta que se suavice. Es ideal que uses una batidora eléctrica.
La mantequilla puede estar fría o a temperatura ambiente.
3. Por pocos, añade el azúcar y bate hasta que la mezcla se vuelva arenosa.
4. Incorpora la yema, la cucharada de vainilla y bate por al menos un minuto.
5. En un bol aparte, mezcla la harina, la cucharada de polvo para hornear y la sal. Puedes usar un tenedor o un batidor de globo manual para este paso, lo que te sea más sencillo… como este pastel.
6. A cucharadas, agrega los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y bátela hasta que la masa se separe en pequeñas bolitas.
7. En otro recipiente, coloca la clara de huevo y, usando la batidora eléctrica, bátela con una varilla de globo por al menos tres minutos, hasta que llegue a punto de nieve. Si eres más habilidoso y tu técnica es precisa, puedes usar un tenedor (justo como lo hace mi tía).
8. Añade la clara batida y la leche a la masa. Luego bate una vez más con las varillas normales hasta que se transforme en una mezcla cremosa de olor dulzón harinoso.
9. Engrasa el molde con mantequilla a temperatura ambiente.
10. Expande la masa por todo el molde. Puedes apoyarte de una paleta para que sea más homogéneo.
11. Llévalo al horno de 25 a 30 minutos. Y, justo cuando veas que el borde está dorado, sácalo. En ese momento el pastel parece crudo por su tono pálido, pero así es como resulta cuando lo hiciste perfecto.
Ahora es momento de disfrutarlo. Puedes comerlo con un poco de jalea, nutella, chocolate o mantequilla de maní. ¡Sin embargo…! Yo te recomiendo que lo disfrutes solo así, sin agregarle nada, para que recuerdes lo agradable, ligero y deleitoso que puede ser lo simple.
Así que ahora conoces una receta que puede salvarte en los momentos de antojo, en las reuniones sociales en las que olvidaste comprar el postre o en las fiestas infantiles de tus sobrinos con selectividad alimentaria (bueno, ese es mi caso). ¡Es el postre comodín por excelencia!